La muerte invitada permanente en nuestra vida. No entiende ¿por qué existen mártires?, ¿por qué del desgarramiento de los sentimientos?, si es tan fácil no sentir compasión, tan útil no involucrarse. Para ella la empatía no es más que una forma hipócrita y egocéntrica de querer ocupar el lugar del otro cuando sabe que nadie puede vivir otra vida, latir en otro corazón. Eso, solamente en la poesía se logra. Cuando el poeta se encuentra sumido en la indiferencia, la belleza es representada por la muerte que desea, que anhela. El suicidio pasa a ser objeto de beneplácito al alma atormentada, al cuerpo enfermo, al espíritu cansado, al pensamiento oscuro, ahí su frialdad es apreciada, en ella encuentra alegría, sosiego, descanso, pero para aquella solitaria mujer, el final del poeta no es más...que indiferencia.
DAYANA RADA.
Caracas, 24 de octubre de 2019
Caracas, 24 de octubre de 2019
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