Graciela
y el teatro
Cuento
Dayana Rada
Graciela
es una niña de 11 años que quiere ir al teatro, pero sus padres no la llevan
por falta de tiempo y dinero. Sus amigos le cuentan que en el teatro, las
historias son alegres, ellos participan, todo es divertido y a veces hasta los padres
intervienen en la obra. Graciela comienza a pensar cómo hacer para que sus
padres la lleven. Se encuentra con su amigo Javier y le explica:
—Javier,
ayúdame quiero ir al teatro y mi principal obstáculo son mis padres no me
quieren llevar y no sé, qué hacer para que lo hagan.
—Está
bien Graciela, se me ocurre hablar con los adultos para que nos den ideas.
Hablan
con varias personas pero no encuentran solución, cuando ya se dan por vencidos.
La maestra indica a los niños que van a realizar una obra de teatro para
finalizar el año escolar.
Ambos
se sorprenden, se alegran y se dirigen a la maestra.
—Maestra,
usted nos ha dado la solución, gracias.
—¿Cuál
solución?
—Los
padres de Graciela no la pueden llevar al teatro y ella quiere ir, ahora vamos
a hacer una obra aquí — le revela Javier.
—Gracias,
maestra, por fin voy a disfrutar del teatro con mis padres. Mis amigos dicen
que es entretenido y ya tengo curiosidad — comenta Graciela.
—No
sabía de tus inquietudes por el teatro. Me alegra poder ayudarlos.
La
maestra pensaba hacer una obra sencilla, pero cambió de idea y decidió hacer un
montaje más elaborado, para motivar a los padres de Graciela y en lo sucesivo
la lleven con frecuencia al teatro.
Llegado
el día de la puesta en escena, todos los padres asisten, todos los niños
participan, por supuesto. Graciela tuvo un papel principal en la obra musical, ella
durante la función invita a sus padres a bailar; ellos al principio estaban un
poco apenados, luego se acoplaron y disfrutaron al máximo. La niña estaba feliz
porque su deseo se hizo realidad gracias a su amigo y a su querida maestra.
