Ese instante cuando
ni tu cuerpo, ni tus labios
pueden
ahogar el suspiro
que contiene mi nombre.
Siento
la expiación de tu amor,
se
desnudan el alma y
los
sentimientos.
La
búsqueda cesó
en
mi nombre encontraste
asidero
a tus ganas de amar
y ser correspondido.
Me
regalas el placer de escuchar
mi
nombre, en el instante,
cuando
somos vulnerables,
pasionales,
enamorados.
DAYANA
RADA
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