Creación artística termino familiar
para los que se mueven en el mundo de las artes en cualquiera de sus formas de
expresión; hasta hace poco para mí era un verdadero misterio que la lectura de la
conferencia El misterio de la creación
artística de Stefan Zweig, (1936) realizada
en Buenos Aires, ayudó a esclarecer. Escribir
no es un proceso fácil, aunque se conozca el tema, se investigue, hace falta
inspiración, esa chispa que enciende la necesidad de plasmar en papel o a
través del teclado palabras que necesitan expresar un significado, una idea, un
sentimiento.
En ocasiones llega el bloqueo muchas
veces sin ser invitado, un visitante molesto, de esos que una quiere correr,
pero se instala en la sala de lamente reclamando ser atendido. No queda más, que
por respeto al proceso creativo dejarlo durante el tiempo que dure su visita. Cuando
se va, bien sea por voluntad propia o porque una musa decide sacarlo e
instalarse, comienza aquel proceso maravilloso el cual una vez terminada la
obra resulta gratificante para cualquier escritor o artista.
A
medida que avanzaba en la lectura el entusiasmo aumentaba, encontraba
respuestas a las interrogantes que tenían tiempo dando vueltas sin parar en mis
pensamientos. Me sentí identificada con lo escrito por Zweig “No es posible que
yo mismo haya hecho todo esto”… “Muchas veces el artista realmente ignora lo
que en ese instante la ha venido a la pluma o al pincel”. Continúo con el misterio de mi creación, mas
no me preocupo por él, ya no desde la incertidumbre de: ¿Gustará a los demás?, ¿Qué
pensarán de mí?, ¿Realmente tengo madera de escritora? Las interrogantes, los
juicios de valor, la página en blanco no significarán un impedimento para
seguir escribiendo, es una necesidad interna que no merece ser reprimida o
callada.
La individualidad creativa hace que
el mundo del arte sea inagotable, pueden existir tantos artistas como seres
humanos existen en el mundo, gracias a la diversidad y a las inclinaciones
personales, no todos están llamados a desarrollarse en este medio y con
tenacidad, responsabilidad y compromiso solo pocos llegan a ese sitial de honor
y reconocimiento mundial. Lo que no quiere decir que el resto sea menos
importante, de hecho hay artistas que han sido reconocidos después de su
muerte. Eso no les impidió hacer lo que su corazón o espíritu les dictaban. El
arte no busca reconocimiento sólo busca expresarse.
DAYANA RADA
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